De todas partes del mundo, miles de personas hacen el camino de Santiago. Jóvenes y mayores. Caminando, en bicicleta o incluso a caballo. Unos toman todo el tiempo del mundo y otros están obligados a determinados periodos. Muchos buscan la simplicidad y compañía de los albergues, para otros la comodidad y la privacidad es importante.
Por ello, los preparativos serán para cada uno diferentes. Por supuesto tiene que ver mucho con tu experiencia y condición física y con el periodo en el que vas a realizarlo (al principio de la primavera y en el otoño necesitas más equipaje para el frio) y también con la ruta que has elegido (una ruta puede ofrecer más infraestructuras que otras).
Otra cosa: Para mucho peregrinos el Camino es una aventura apasionante pero la tentación es grande de no perder “el control de lo conocido”:
- con pesadas mochilas y bolsas de bicicleta, llenas de “seguridades”,
- con transportes para equipajes y taxis para omitir obstáculos difíciles,
- con muchas llamadas y correos electrónicos para no perder la seguridad de lo conocido,
- querer planearlo todo para no entregarse a lo desconocido,
- buscar anteriormente y durante días soluciones en internet a problemas que en la realidad casi nunca suceden o se solucionan por si solas.
Pero el reto para todos nosotros está claro: atrévete con esta aventura, intenta ver los obstáculos como una oportunidad de desarrollo y sabiendo que recibirás ayuda. ¡Confía en aquello y… en ti mismo!